4.12.2010

Ultimatum



De más está escribir tu nombre.

Me gustaría volverla a ver. Todos los días pienso en ella. Me despierto por las madrugadas pronunciando su largo nombre. Veía con detenimiento sus fotografías. Un día ya no podía verlas -contra mi voluntad, ella lo decidió así. Solamente una vez la vi. Solo ese jueves de invierno bastó para que sea mi obsesión. Ella dice que la aterro. Que no me quiere ver. Que tiene pesadillas conmigo. Yo he hecho hasta lo imposible para saber más de ella. Dónde está. Adónde va. Con quiénes está. Agoté todas mis armas. Ella es astuta. Me supo evadir con facilidad. Solo una vez cayó. Y con astucia se escapó. Ahora el que pena soy yo. Si no es el domingo ya nunca lo será. No estoy feliz. Ella nunca lo ha estado. Ángel solitario de extrañas pesadillas. Su mirada refleja ausencia. No tiene sonrisas. Solo conoce el llanto. Tiene una amiga imaginaria que una vez fue real. Ahora ya no tiene a nadie. Solo me tiene a mí. Y de mí está huyendo. Detesta su vida. Detesta su rostro. Es invisible. Eso ella cree. Yo la persigo. Algún día ha de caer. Lo único que tengo de ella es su recortada fotografía. Solo un ojo. Su nariz. Su boca sin sonrisa. El photoshop. Sus decadentes palabras. Sus incomprensibles frases. Su Soledad Angelical. Su huida. Mi espera. Qué tan valiente eres, Soledad Angélica. Quieres saber la verdad. Yo guardo el secreto.

Mi secreto es tu verdad.

(Vives) en mentiras. Sobrevives (en verdades).

No huyas.

Te voy a destruir.

4.08.2010

Cuarto menguante


1.- Princesa morena de lindos ojos, cabello ondulado y gigante sonrisa, ¿por qué tus encantos se me han extraviado?
¿Dónde está, pues, el secreto de tus labios?

Toda tú ha desaparecido de mis ojos. Aún salgo a buscarte.

Solo tendré que reposar bajo este cuarto menguante hasta que un día tus ojos encuentre.

2.- Tristes son estas madrugadas solitarias en las que espero tu utópica llegada. Dan las seis y empiezo la mañana con los brazos abandonados. Mi día ya no es el mismo. Ya de nuevo de noche me asomo por la ventana y observo este cuarto menguante que llora lágrimas azules.

3.- Pues ya nada me queda, todo te lo di.
Mi cuerpo es un delirio que necesita de tu medicina tropical.

Mi mente es una celda de espera.

En mis ojos se refleja el cuarto menguante.

Y en mis labios se dibuja tu nombre.

Tu nombre, Veinte-Seis-Ocho-Cuarto Menguante.