5.30.2011

Amo dejarte así

Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Dar el máximo de piel.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.
Amo dejarte así.

(Gustavo Cerati).

Del único disco que faltaba. Ahora creo que ya no falta nada.

5.23.2011

Silence

Ojos rojos, muchas lecturas, un cóctel de pastillas y abundantes besos.

No había tiempo.

Sentados bajo el frondoso árbol.

Te quiero, me dijo; te quiero, le dije.

Y en el cielo apareció la luna cuarto menguante.

5.22.2011

Random Recopado!

Un día común, como cualquier otro...Y de repente...Un día Macanudo (Linniers, 2010/09/09)

Y tú aparecías...Y mi vida cambió (Kabas)

Un libro amarillo, grande y muy grueso y por dentro con figuras de mil colores.

Un libro negro y misterioso. Tres números y una letra.

¿Un mundo feliz?

Y su retorno también.

Porque sí, porque sí, porque sí (8) (Calamaro)

¿Cuántos kilómetros fueron?

It's Friday, I'm in love! (The Cure)

Tomorrow. Demain.

Mañana.

Solo tú lo entiendes. Nombre hermoso, nombre tremendo. Tú tan igual a tu nombre.

Y recién algunos días, ¿no?

¡Copado, che! Y se pasaron 3 minutos. ¿Quién entiende a Movistar?

5.18.2011

Please don't go

¿Qué pasó? ¿Es que acaso se aburrió de tanto fantasear, alucinar y mentir?

A pesar de mi cansancio siempre leo. A pesar de lo ciegos que están mis ojos, a pesar de mi fatigada respiración y el dolor de mi cuerpo, siempre leo.

¿Qué pasó?¿Es que acaso se aburrió de tanto fantasear, alucinar y mentir?



(El pronto romance que tanto remitía últimamente se terminó hoy).

5.16.2011

Lunes (distinto..otro...genial)

Ayer fue un día larguísimo. Felizmente las horas en la mañana se pasaron volando. Grandioso.

No pensé caminar tanto. No lo tenía pensado, sin embargo, salió estupendo. ¿Por qué no tenemos vacaciones de una vez? Ahora que lo pienso, creo que tú no estarás.

Aprovechamos hoy el día al máximo.

Aún no es el momento, todavía debo amarrar mi corazón.

A veces el silencio lo es todo...no hay por qué desesperarse, ¿verdad?

Genial, divertido, cosas así.

5.15.2011

Ausencia


Este ha sido mi primer día sin ti, mi primer día sin haber visto tu rostro, sin haber acariciado tu espalda, sin haber olido el perfume de tu cabello, sin haber rozado con mis dedos tu delicado cuello. Sin haberte dado no uno ni diez, sino miles de besos como todas las noches en las que no queríamos partir.

Vives tan cerca, pero los estudios y el trabajo hacen la distancia y acortan el tiempo. De verdad, no es suficiente nada, no es suficiente algunas horas nocturnas y la madrugada. Quiero contigo todos los días, todo el día. Quizás no aquí en Lima, sino lejos de la bulla y el dolor de cabeza, fuera de la depresión y los días gélidos y húmedos de este terrible invierno sin lluvia. No, muy lejos, muy lejos de aquí. Quizá tengamos que esperar hasta el verano, hasta el hermoso y eterno verano y seguramente no tener en nuestra cabeza el verano de Vallejo, pero sí el nuestro, el de las soñadas mañanas alegres y pequeñas, el de la playa al atardecer y nuestras grandes noches en esa hermosa y norteña ciudad.

Sí, muy lejos, muy lejos de aquí. Mientras tanto nos inventamos los mejores momentos en esta jungla de cemento, entre vientos violentos y ambulancias ensordecedoras. Nos las inventamos como podemos, de manera improvisada, inesperada. Porque lo que vivimos está escrito, todo ya está escrito, solo nos falta descubrirlo: Nada es casualidad, las coincidencias no existen. ¿Quién cree en el azar? ¿Para creer? Todo está perfectamente hecho, perfectamente realizado...¡Ay de aquel que piense lo contrario!

Hoy todavía no escucho tu voz, aún no hemos hablado por celular.
Hoy no te he visto, pero entro al féisbuk y veo tus fotos.

No es romántico ni aliviador. No es reconfortante. Quiero tenerte aquí a mi lado, tomar tus manos y besar tus gruesos labios.

En tu aliento vive el recuerdo de las playas del norte. El invierno no lo neutralizará. Yo todavía tengo mucho de esos veranos allá lejos. Los dos en uno solo sobreviviremos al invierno. Te pienso hoy y mañana también.

Preciosa eterna.

5.14.2011

Carta a Gustavo Cerati


Querido Gus:

Yo no sabía de rock en español. Recuerdo haber escuchado a The Beatles, The Rolling Stones, Queen y Led Zeppellin; grandes bandas, maestros y semi-dioses. Su música era tan buena y envolvente, pero había un problema: Yo no entendía lo que cantaban. Paporreteaba apenas los coros y simulaba tocar la guitarra como ellos. Así pasé algunos años de mi niñez hasta ese día, creo que era mayo, por la mañana, cuando encendí la radio y escuché esa canción lenta y rockera, una voz oscura y alucinante: Cuando pase el temblor. ¿Quién era el que cantaba? ¿Qué banda tocaba así de bien? Créeme, Gus, que esa canción la tuve sonando en mi cabeza todo el día. Y fue genial. Días después escuché tu voz pero esta ocasión precedida por un solo de guitarra misterioso, excitante y una letra tan emocionante: Persiana americana. ¿Quiénes eran, por Dios? Y semanas más tarde, en un concierto escuchar tu potente y emocionado grito: "¡Gracias, totales!" Gustavo Cerati con Soda Stereo. Y me enteré que se habían separado.

Gus, crecí con tus canciones, tan movidas, tan pop y rock, tan melódicas, sentimentales, oscuras, deliciosas y tremendos solos de guitarra. Soda Stereo, la legendaria banda de los ochenta que yo no viví porque recién los conocí cuando la banda se había convertido en una leyenda viva en las millones de voces de todos tus fanáticos. Años de años escuchando tus discos, intentando cantar igual que tú, tratar de tocar la guitarra igual que tú, peinarme igual que tú. Toda mi adolescencia fuiste mi acompañante aunque no lo supieras, en mi walkman, en la radio de la casa, en la radio del bus, en las clases de música en el colegio. Cerati, eras tú y Soda Stereo los que me movieron en remolinos.

Recuerdo que a mis 16 años andaba deprimido por tantas cosas que me habían pasado, por tanta desgracia humana que me rodeaba, no tenía música a mi alrededor. Un día caminaba por estas calles sucias y me detuve en un puesto de periódico a leer las desgarradoras noticias del día. Pero no todo era política, muerte y destrucción; no, en lo absoluto. Una noticia me hizo revivir al séptimo día y volver a escuchar música ligera: "Soda Stereo en Lima". Gus, lloré. Lloré con el corazón. No lo podía creer. Tuve que esperar hasta el 25 de octubre para tener mi entrada zona "Persiana americana" entre mis manos y luego esperar hasta el 9 de diciembre (último concierto fuera de la Argentina) para estar desde las 2 de la tarde en el Estadio Nacional y volver a esperar hasta las 9 de la noche, hora en la que entraste junto con Zeta y Charly al escenario, gritar buenas noches, Perú; y tocar "Juegos de seducción". Gus, fueron 3 horas inolvidables, eternas, que las recordaré de aquí a un millón de años luz.

Hasta ahora puedo sentir la emoción juvenil que me embargó ese día. Nunca decreció, es más, creció al saber que te volverías a presentar en Lima, pero esta vez, para presentar tu mejor y más grande disco: "Fuerza Natural". Y estuve ahí, en la zona "Rapto". Ese día lloré, casi casi de rodillas, al escucharte cantar "Lago en el cielo", la mejor canción que has compuesto en toda tu vida.

Un mes después caíste enfermo. Ha pasado un año y todavía no pasa el temblor para despertarte y volver a escuchar tu voz. Siempre le pido a Dios que te despierte si Él quiere, que todos tus fans siempre oramos por ti y que todos, absolutamente todos los días escuchamos tus canciones.

Cerati, eres el maestro de maestros. Tu voz es la voz del rock en español. Tú eres el genio del electrorock y de la guitarra. Soda Stereo es la mejor banda de rock en español y una de las mejores del universo. Tu trayectoria es gigante, tus canciones lo son todo, tu música es para volar hacia un viaje, el viaje rodeado de tanta Fuerza Natural. Y es mágico.

Tengo todos tus discos, siempre menciono tus canciones en cada conversación. Eres el más grande, Gus. Ya pasará el temblor, lo sé. Aún te queda tanto por decir, tanto por decir, tanto por decir...no te vas, te quedas aquí.

Un fuerte abrazo,

David.

Sin documentos


Qué día común, tan extraordinario, siempre improvisado. Ya habíamos planeado un lunes de feriado inesperado, pero nunca un friday por la noche. Oh, depender siempre del jefe, estar inmerso en ese maldito sistema, como el joven alto y delgado me repetía tristemente una tarde miraflorina. Sí, a esperar nada más. Ya me había resignado, ella también. Pero para el incipiente amor, los milagros existen todos los días.

Salimos de noche, acompañados por la inocencia norteña llena de admiración capitalina: "Vi un ex convicto subir al bus...".

¿Cuántas horas fueron? ¿Las contaste? No, eso no me importa ahora, solo recuerdo que fue una noche y la madrugada, atrapados el uno al otro y no nos dejábamos ir. No podíamos. Besarnos es nuestra adicción, a pesar de que en nuestro salvaje corazón los vicios no son del cuerpo. En la escalera, o en el restaurante, o en el parque, o apoyados en la pared. Bailar Los Rodríguez y cantar The Cure. ¿Falta algo?

Claro: el goce de la piel, la celebración fáustica de la piel (REYNOSO 2005: 19)

Hoy leo Varela por ella misma y por Fernández. Creo que solo tú lo entenderías. Tú, la que gusta que la llame por su nombre, por su tremendo nombre. Porque eres tan igual a tu nombre.

Y porque mordiste mis labios y cerraste mis ojos al pie del árbol frondoso, soñando con caminar por el malecón cálido y norteño, desde Pimentel hasta Santa Rosa.

Oh, Blanca Varela. Oh, Alejandra Pizarnik. Oh,(...)

5.09.2011

Cuarto menguante (again)


Gran día.

Creo que serán pocas las palabras que escriba. Creo que es suficiente. Los recuerdos los guardo para mí. Es genial. ¿Bastó tan poco tiempo hoy?

Ya no.

La luna se partió. Una mitad eras tú y la otra yo.

La luz no deja de pulsar.

5.08.2011

I love her


Apenas unos días, apenas algunas emociones.

Pura tura es el amor y la belleza, tura de turas. Y es mejor si lo decimos en francés (y quizás tú en inglés). O en el idioma que entendamos los dos, el que solo comprendamos los dos; hablando en el cruce de dos calles sin nombre o sentados bajo las ramas de un frondoso árbol, con el viento azotando nuestros cabellos o con la luz de un auto fastiándonos la vista.

Te besé y enredé mis dedos en tu pelo, sorbía tu saliva y respiraba entrecortadamente. Creo que hablamos de McCartney, de los sueños dentro de otros sueños, del Iluminado, de lo mucho que hay que leer y de una despedida de 40 minutos. Y cosas así.

Apenas unos días, apenas algunas emociones.

Y quiero decirte que te quiero, pero creo que aún no es el momento. De verdad, aún no es el momento. Pero, ya te quiero.

John Lennon está muerto. Miramos al cielo y cantamos juntos In my life.
George Harrinson está muerto. Miramos al cielo y cantamos Something.
Paul McCartney está vivo. Nos miramos y cantamos I love her.

El sábado hacía frío. Lo soportamos. ¿Cuántos minutos hablamos hoy? No lo recuerdo...ayer te dijeron que 40, hoy que apenas 17. ¿Quién los entiende?

Mañana apenas una hora y media. Vale la pena.

Otro día hablaré de Murakami. Tú te llevarás la posta.
Otro día hablarás de Soda Stereo. Yo ganaré la carrera.

Suspiro. Me deprimo. ¿Qué? Tengo que estar feliz.

Miro tus fotografías. Te extraño. Te beso en mi mente. Mañana ya nos veremos.

Cual caballero que venga a una dama como Amadís de Gaula, así yo quiero quererte sin ninguna pausa.



5.02.2011

Chica del caleidoscopio


Aparecía Lucy con colores detrás de mi ventana, molesta porque caminaba por el horizonte -tantas veces citado por un "intelctual"-. Yo me levantaba y le saludaba. Sus peinados variaban: ella se hacía una cola, luego el cabello suelto, después una trenza, a veces un cerquillo.

Aparecieron detrás de ella muchas luces artificiales de noches brillantes llenas de estrellas de una tierra lejana y fría. Parecía extrañarla. Se me acercó y me tomó de la mano, aparecimos debajo de una palmera riendo de sus caídas y tropiezos.

Empezamos a bailar y a volar. Los autos pasaban sin hacer ruido y los ángeles caían sin cesar. Pero todo era silencio y ella entristeció.

Caímos de golpe y desperté por el ruido del reventar de las olas de una costa norteña y lejana. El viento refrescaba y ahora sí había música. Ella me tomó de nuevo y empezamos a bailar. Creo que yo llevaba un sombrero, me lo quitaba y aparecía con bigotes y anteojos.

Caí rendido a sus pies y ella montaba cual amazona su caballo hacia el horizonte de luces de colores de un cielo artificial de noche estrellada.

Desperté y me vi a mí mismo despertando en una playa y que me recogía una chica y empezábamos a bailar. Me sentí bien de verme a mí mismo feliz, lleno de colores, en un cielo con diamantes. Pero yo me estaba viendo bailar y no era yo el que bailaba sino el que yo veía bailar que no me veía a mí que lo estaba viendo desde hacía un momento, justo antes de despertar en un jardín. Un jardín de cielo gris, bulla irritable, frío y oscuridad.

Caminé por el largo pasadizo y encontré a la chica del caleidoscopio sentada en una banca leyendo Las mil noches y una noche y escuchando The Beatles. Seguramente Lucy in the Sky with Diamonds. Me vio a los ojos y me dijo: estabas soñando.