Ayer, desapareciste pronto. Dos meses más que suficiente para que desaparezcas.
Tú, imagen de mi nuevo camino, sonríes y me sonrojo. Tus abrazos son cálidos y yo descanso sobre tu pecho, escuchando los latidos de tu corazón. Veo tu rostro y estoy enamorada. Mis manos descubren tu cuerpo y mis ojos tu ser, del cual me sostengo para no caer en este nuevo camino. Ahora empiezo a sonreír de nuevo, he vuelto a nacer. Tú, que te entregas para satisfacerme, y yo contenta te recibo y sacio con besos, a los que respondes desesperadamente. Tus besos cierran mis ojos e imagino un universo para dos, donde el ayer no existe más. Viajamos ambos por el infinito, y yo te siento más cerca, mi vida. Abro los ojos y de nuevo estoy aquí, en mi realidad. Te alejas por unos momentos, y yo sentada te esperaré, mi cielo. Te veo caminar entre luces, y te sonrío, no te preocupes que yo estaré aquí, y me dices que no me preocupe, que vas a regresar. Aquí sola te contemplo y feliz soy, melodías adornan la maravilla de tenerte. Me distraigo y miro hacia atrás: ahí está el ayer. No se ha ido. Yo pensé que había desaparecido, pero el ayer cuida mis pasos y siempre me observa. Su mirada me intimida y su sonrisa me enamora. Te tenía miedo, ayer, por eso creí que habías desaparecido. Me engañé, porque tú siempre has estado detrás de mí. Me has visto y sabes de mi amor, pero, ayer, no te molestas, me sonríes y me enamoras sin querer. Cuando amas al ayer de verdad, el ayer no desaparece, solo crees que se ha ido. Lees el capítulo 7 y avergonzada bajo la mirada. Te engañé y me engañé. Perdóname, ayer, pero sé que lo que hice nadie lo ha de perdonar, pero me sonríes y no me miras mal. ¿Por qué eres tan bueno? ¿Por qué viví en el ayer? ¿Por qué no te vas? ¿No ves que quiero ser feliz? Sí, soy mala. Perdóname, pero no tengo el valor de mirarte a la cara, mucho menos hablarte. Te tengo miedo, solo busco ser feliz, y tengo miedo de ser feliz contigo, por eso huyo, por eso no te enfrento. Pero eres apasionado, y me sigues aunque yo no lo quiera creer. Siempre estás ahí, y siempre estarás ahí hasta que yo te encare. Pero soy muy cobarde y solamente huyo. Mi cielo se acerca, y te tengo miedo, ayer. Te beso desesperadamente. Quiero desaparecer el ayer besándote y acariciándote, metiéndote dentro de mí. Pero abro los ojos, y el ayer sonríe y me enamoro. Sus abrazos son más cálidos, su mirada es más penetrante, sus caricias son más suaves y sus besos son más enloquecedores. Huyamos, mi cielo, tú no sabes nada. Te estoy engañando, también. Soy cobarde, lo sé. Huyamos juntos los tres, quién sabe hacia dónde. Estoy perdida y engañada. Ayer, me seduces, y tengo miedo de ir hacia ti, tengo miedo de ser verdaderamente feliz.
NOTA:
La idea no es mía íntegramente, también le pertenece a otra persona. La manera en que está escrita es una innovación, agradeceré sus comentarios. El título es porque así me siento al finalizar de escribir esta entrada que es bastante anti-yo.