Para empezar, no es que me vaya a morir ahora ni mañana, aunque, quién sabe. Ahora la gente no muere por enfermedad ni por ser anciana: ya no se sabe ni el por qué de tantas muertes en un solo día. Quizá una de esas muertes pueda ser la mía. Aunque prefiero que sea de aquí a mucho tiempo. Ahora tengo muchas cosas qué hacer, por las puras no he conseguido mucho de lo que tengo. Y aún me falta mucho por conseguir.
Ahora, para empezar esto, espero no morir quemado. Sería mucho sufrimiento, y creo que soy muy cobarde para soportar todo eso. Además, tampoco tendría sentido escribir esto si muero quemado, ya que si de ser así mi muerte, quisiera que me terminen de quemar por completo y me incineren y me guarden en una cajita.
De las miles de maneras que yo pueda morir, quiero que mi entierro sea muy bonito. ¿Acaso cuando uno nace no hacen celebraciones y felicitan a mis progenitores? Pues, la muerte debería ser lo mismo. ¿Por qué todos piensan que la muerte es algo terrible? Muchas personas que conozco, en algún momento de su vida me han dicho: ¡Me quiero morir! ¿Ven? ¿Acaso en un momento de sus vidas no han deseado morir? Entonces, por qué pensar que la muerte es lo peor, si ya la vida por sí misma es lastimera.
Yo no soy de las personas que digo que me quiero morir ante cualquier situación. No recuerdo haber dicho en algún momento me quiero morir. Pero, no le tengo miedo a la muerte. Si fallezco ahora, no tendría problemas, y si es aquí a muchos años, tampoco. Estoy seguro que no le arruinaría la vida a nadie. Pienso que la única manera de que pueda arruinar la vida de alguien es muriéndome por alguna idiotez.
Bueno, si muero por alguno de mis trastornos estomacales, o por la gripe porcina (que ya está tan de moda. La vez pasada, sólo por estornudar, me quisieron bajar del autobús, gente estúpida), o por cualquier otra enfermedad, quisiera que mis funerales sean recontra alucinantes. ¿Por qué pensar que la muerte es lo peor? Yo creo que si muero en esta vida, al otro lado me espera algo mejor.
Para que me entiendan, mi teoría es ésta: Antes simplemente no existía y por decisión de un Ente mayor a todos, tuve que existir. Pero la vida verdadera, no puede ser tan fugaz; la vida verdadera tiene que ser eterna, divertida, extrema, a la que pueda soportar con mucha inteligencia y capacidad. Pero, para vivir en esta vida verdadera, tengo que pasar un examen de aptitud y actitud en una vida parecida a la que, si apruebo el examen, viviré después. Entonces, esta vida que tenemos todos nosotros, no es más que un examen que tenemos que desarrollar para pasar a la vida eterna. Si la desapruebo, no viviré eternamente.
Como yo soy un joven bastante confiado de sus capacidades, sé que aprobaré el examen y viviré eternamente. Por eso, quiero que mis funerales, no sean tristes, sino divertidos, bastante fuera de lo común. Y bueno, mis deseos son los siguientes:
El (poco o mucho) dinero que he ahorrado se va a quedar para mi mujer y mi pequeña hija. Y de ese (poco o mucho) dinero, cojan un poco y reserven un gran salón donde va a reposar mi cuerpo dentro de un cajón. Por favor, querida mía, que mi cajón no tenga ningún dibujo ni nada, quiero que sea de madera purita (es que vi un cajón que decía Y dale U, otro de un paisaje de la amazonía y otro de las playas del norte, otro de los Red Hot Chili Peppers y otro con la foto de Jennifer Connelly, y a pesar que todo eso me gusta, por favor, no compren esos cajones, les tengo terror). Quiero que en vez de las tradicionales lágrimas, levanten estantes y coloquen ahí mis libros favoritos con alguna dedicatoria. Por favor, no pasen café caliente, espero que mi muerte sea en verano y puedan pasar coca-cola helada (y si es invierno o cualquier otra estación del año, pásenla sin helar). Pasen platitos de cebiche dignos de Chiclayo, esos que llevan un buen ají-limo y que hacen toser. De música de fondo, pasen esas canciones que tanto me gustan; pero, por favor, no las tristes, mi hija y mi mujer saben cuáles son (por mi cumpleaños, me regalaron la discografía completa de Soda Stereo y un DVD de los Red Hot Chili Peppers cuando vinieron al Perú). Cuando hablen, hablen sobre mí y las cosas buenas que pude lograr y de todas las bonitas experiencias que vivieron conmigo. Por favor, no quiero lágrimas, no es lugar triste adonde me voy, la voy a pasar bien y viviré por siempre. El único malestar que tendré será esperarlos. No me gusta esperar, pero igual los espero, como dice Calamaro (cuyas algunas canciones suyas tendrán que sonar, mi mujer sabe cuáles).
No sé cuándo será ese día, nadie lo sabe, pero estoy preparado para cuando llegue. Estoy contento de haber sido un buen hijo y de ser un buen padre y esposo. Mi mujer y mi hija saben todo lo que acabo de escribir, y lo entienden perfectamente. Me preguntan algunos de los que les he comentado esto si no siento pena por ellas. Me da alegría saber que mi mujer y mi hija piensan igual que yo, y también han hecho sus planes de funeral. Mi mujer siempre me besa y abraza, y lo mejor es cuando me dice cosas dulces y me sonríe siempre, una sonrisa que también me la da mi hija. Los tres estamos felices. ¿Saben por qué no le tememos a la muerte y hablamos de ella como si fuese algo normal? Es que la muerte es algo normal que le ocurre a todo el mundo. Y, además, si siempre vivimos bien, si nunca estamos mal, y entre los tres siempre hay mutuo amor, estamos más que seguros que nos volveremos a reunir. Allá me volveré a casar con mi mujer y volveré a tener mi hija. Allá, mi matrimonio, mi familia, ni una muerte la ha de separar.
L. 29/04/09