3.08.2012

Maldito Duende

Héroe de leyenda. El hombre delgado que no flaqueará jamás. Licenciado Cantinas. Enrique Ortiz de Landázuri Izardui. Enrique Bunbury.


De vez en cuando hay un amor que es más claro que el sol, y más fácil que pueda ver el camino del corazón. Por eso quisiera ahogarme hoy en el licor para olvidar la traición de una mujer. Qué vale más que yo humilde y tú orgullosa, o vale más tu débil hermosura; piensa que en el fondo de la fosa llevaremos la misma vestidura. No me llames cariño, no necesito caridad; ya no somos unos críos, ya está todo dicho, que cada uno siga su camino, cada uno en su lugar. Escribiremos nuevas reglas, ésta es la primera de ellas: está prohibido prohibir. Que no te falte esa canción, que repare tu corazón en el momento peor que hayas conocido. Pronto llegará el día de mi suerte, sé que antes de mi muerte seguro que mi suerte cambiará. No, aunque no deba suplicarte, ven dímelo; no, aunque tal vez deba indignarme, hazlo otra vez. Y el día que yo me muera, y moriré antes que tú, quiero que solo una pena se llore frente a mi ataúd: Que esta herida en mi alma no llegó a cicatrizar. Pensarás que con todo lo que has hecho que a mi ser podrías sofocarlo para así sentir en ti toda satisfacción; pero ya ves, no es así ni lo será.

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