Si escuchas a un ángel hablando de mí,
nunca lo mires: es de mentira
él ya no existe...es imposible
P.S.V.
Pueblan todavía en mi mente los cabellos dorados de una musa inspiradora y bizarra de enfrentarse a mis recuerdos oscuros y tormentosos de quince años. Logró vencer al enemigo y quedarse a vivir en mis aposentos. Ahora que la musa ya se ha ido, ha dejado sus largos cabellos sobre mi piel. Ahora todo tiene su perfume.
Decidí buscarla en su lejano palacio. Emprendí decidido la marcha hacia el otro lado de mi mundo. Y en el camino se apareció una virgen eugenídica.
Bella y extraña me hizo extraviar el camino. No conocí dulce, no conocí paraíso. Solamente conocí grandes montañas de arena: secas y áridas, y un provocador río salado nunca antes tocado por un ser humano. No fui afortunado.
La virgen partió sin razón hacia lo desconocido. Sus amigas vírgenes me perseguían como erinias a Orestes, volviéndome desquiciado y paranoico. Me hundieron en la desesperación y en el extravío. Muy lejos, mucho más lejos que al principio, el palacio de mi musa inspiradora quedaba.
Robaré la imagen para ser salvado. Robaré la imagen que las erinias han construido. La robaré y la destruiré.
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