A pesar que pareciera que el sol ha sido derrotado, aún puedo sentir que lucha contra las nubes, por eso llueve: porque las nubes lloran de dolor. Y yo, debajo, río y espero ver victorioso al sol, para hacerle una reverencia y continuar a paso lento por este apresurado verano.
Dos universos sucumbieron y ahora están en algún lugar secreto que los hombres saben que existe pero que no han explorado y no tienen el valor de explorarlo jamás. Pero mis ojos ya no ven dos universos, solamente ven ondas de los desiertos cerca al mar, desiertos pequeños con un oasis de frutos satisfactorios. Y yo deseo masticar la pulpa de esos frutos, beber el néctar de sus flores virginales; pero el oasis y el desierto pertenecen a otro emperador (un cuerdo, un tonto perdedor), y yo, con mi séquito real no me daré por vencido. El emperador piensa que nadie puede enfrentarse a él porque por un desierto nadie sería capaz de morir. Pero yo pude caminar por las dunas y bañarme en las lagunas, sentirme lleno de todo y descansar cómodamente debajo de una palmera. Cerca estaba el mar, y el ruido de algunas aves me hacían recordar dónde me encontraba, porque lleno de tanta comodidad, olvidaba que pisaba lo prohibido y que podía morir sin poder defenderme.
Exploré los territorios prohibidos y ya sé por dónde atacar. Oh, emperador, espera a que llegue con mi ejército a derrocarte y hacerme dueño de tu desierto y de tu oasis maravilloso. No sabes que tienes un Paraíso y hasta viajas a pueblos exóticos y te aprovechas de sus bondades, y dejas a merced de los invasores, de príncipes como yo, tu reino virginal, sagrado y hermoso.
Felicidad. Maravilla. Noema. Luminosidad.
y
Entendimiento. Diversidad. Cariaconcia. Divertimento.
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