Puedo buscarte y encontrarte. Sé dónde estudias, dónde vives y a quiénes visitas.
Sé cuál es tu rostro así lleves anteojos y un sombrero gigantesco.
Sé cómo caminas y dónde tomas el autobus.
Sé que eres cristiana y cumples (a veces) las leyes divinas.
Sé que tienes miedo y sé que me odias.
Sé que te busco y no te encuentro.
No por falta de intentos. Alguna que otra vez caíste y demoré.
Si algún día he de atraparte, será en cientos de páginas mezcladas y bien malsanas.
Algo nos repele. Algo nos alimenta el deseo de contemplarnos y acercarnos.
Es muy tarde y tenía sueño. Usted me ha despertado, usted me quita el sueño.
Usted S.A.
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