2.07.2010

Cuando la dignidad murió en su intento por amar


Llévame, no me dejes partir;
que estoy tan solo aquí.

Afuera está el verano, afuera está el Paraíso, afuera está la felicidad.

Adentro estás llorando, sufriendo, lamentando, renegando.

Te estás viendo en el espejo.

Yo soy el reflejo del espejo. O sea exactamente al revés (1).



(1)Les Luthiers, 1989.

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