2.10.2010

Cuando la estupidez ganó en su intento por engañarse


Agradeces inútilmente, si supieras que lo que pronto REnace pronto muere. Y cuando tu alma vuelva a morir, esta vez no le abriré las puertas del Paraíso. Tuviste tu oportunidad y no la supiste aprovechar. Te bastó solamente conocer mis playas y linderos, probar de los frutos sagrados y beber del néctar virgen; para luego huir por el pozo de nuevo a la Tierra: El ser mundano volvía a llamarte.

Ni te imaginas que pronto vas a morir. Ni te imaginas que la Muerte camina detrás de ti para de nuevo traerte ante mi presencia. Ya te advierto: No volveré a abrirte las puertas del Paraíso. Y yo no soy el que tiene misericordia: para ti no existe el Purgatorio.

¿Sientes calor? ¿Sientes que las plantas de tus pies queman? Recuerda que adonde vas no hay mares, no hay arenas húmedas, no hay aire refrescante: Solamente existes tú y tus demás tú, los que eternamente estarán rodeándote recriminando tu mayor pecado.

Ya de nada sirve que te arrepientas, ya de nada sirve.

Sé feliz mientras duren tus días. Tu muerte pronto llega.

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