2.11.2010

Regalo


A Daniel

Un cronopio alto muy alto había juntado durante mucho tiempo una suma considerable de dinero para poder comprarse una cámara fotográfica profesional. Cuando pudo adquirirla, lo primero que hizo fue salir a la calle y tomar fotografías. Después de dos horas de caminata, se sentó en un parque a observar sus logros. Mientras pasaba una por una las imágenes, pudo notar que solamente había capturado paisajes de la ciudad; de la grande, triste, gris y desordenada ciudad. Bastante apenado el cronopio se puso a pensar si realmente había valido la pena invertir tanto dinero en la cámara si solamente iba a tomar fotos tristes, se puso a pensar si en algún momento su cámara iba a capturar imágenes hermosas en medio de tan caótica ciudad.

Ya de noche, se puso de pie y caminó hacia el mar esperando encontrar una imagen bonita que tomar. Al llegar al malecón vio a una cronopio vestida de negro apoyada en el balcón que contemplaba el océano con un cigarro en la mano.

El cronopio de la cámara sonrió.

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